Abogada - Mediadora
SARA MADURGA CAUSAPÉ
No hay un momento en mi vida que recuerde que fuera el inicio de mi pasión por la abogacía. Posiblemente fue un sentir que se fue fraguando con el tiempo, entre mis lecturas de novelas policíacas, las películas de aventuras, crímenes o casos sin resolver. Lo que entonces era mi tiempo libre me ayudó a definir cómo sería mi vida, aunque no me estuviera dando cuenta por aquel entonces.
Lo que sí tengo grabado a fuego en mi memoria es mi respuesta y a la pregunta recurrente de qué íbamos a ser de mayores. Levanté la mano con firmeza en clase y respondí con convencimiento: ˂˂ ¡Abogada! ˃˃. Corría el año 2003 y contaba con unos escasos 15 años. La decisión estaba tomada y sólo quedaba dirigir mis pasos a la Facultad de Derecho. Un tiempo único, plagado de grandes recuerdos y muchas ilusiones.
Mi vocación es ayudar a las personas a resolver sus problemas: escuchar, mediar y negociar en situaciones, muchas veces complejas, que se deben afrontar con la mejor compañía y asesoramiento posible. Cada persona y cada caso es especial, un nuevo reto que afronto con respeto; porque quien confía en ti no merece que escatimes un gramo de esfuerzo, puesto que su día a día depende de ello.
Mi formación me especializa en Derecho de Familia, herencias, contratos y extranjería; también estoy habilitada para mediar ante cualquier tipo de conflicto y para supervisar que empresas y particulares cumplan el Reglamento de Protección de Datos.
Lo que no avala ningún diploma y es un distintivo que luzco con orgullo, es la empatía que guía mi manera de actuar en esta profesión y en la vida misma. Me pongo en vuestro lugar, os escucho, intento comprender vuestra realidad, para así alcanzar el mejor resultado posible juntos. Vuestros intereses son mi prioridad.
Si crees que puedo ayudarte, estaré encantada de conocerte. ¿Colaboramos?